EL EMPLEO PÚBLICO Y EL PP

Es frecuente que durante la campaña electoral, las personas que nos postulamos para ocupar un puesto de responsabilidad política, presentemos en nuestro programa cuestiones que ilusionen a nuestros potenciales votantes. Queremos que nos voten.

Pero si lo que prometes una y otra vez, si gobiernas durante años y no se materializa aquello a lo que nos hemos comprometido deberíamos tener una sanción, nos debería pasar una factura.

Promesas incumplidas

Por poner un ejemplo, una de las incumplidas promesas del PP en el Ayuntamiento y la Diputación de Salamanca ha sido la carrera administrativa de los y las trabajadoras públicos. Cierto es que ahora ambos gobiernos populares andan a la carrera para que sus trabajadores y trabajadoras inicien al menos su carrera prometida, no siendo que se puedan decepcionar, se frustren por tanto engaño y no les vayan a votar. Pero los funcionarios/as no son tontos/as.

La carrera administrativa motiva e ilusiona, permite formarse, adquirir nuevas competencias con la finalidad de ascender mediante pruebas objetivas, convocatorias transparentes en las que lo único a valorar sea el mérito y la capacidad.

Trabas y más trabas

En nuestro Ayuntamiento, sin ningún pudor, consideran imprescindible para poder entrar en su sistema de carrera administrativa, el no hablar mal de la Institución. Esto es una barbaridad, limita la libertad de expresión. Además ¿quién juzga? ¿qué es hablar mal del Ayuntamiento? Os aseguro que la valoración que pudieran hacer Fernando Rodríguez distaría mucho de la mía, o quizá fuera totalmente opuesta.

Hasta el momento y después de tantas y tantas elecciones, de tantos y tantos gobiernos del Partido Popular la carrera administrativa en  la Diputación y el Ayuntamiento de Salamanca ha consistido en crear grandes áreas y puestos de trabajo ad hoc para sus amigos, familiares y simpatizantes. Lamentablemente, nuestras administraciones no difieren del resto. Ya hablaba Muñoz Molina de su frustración porque en el Ayuntamiento en el que trabajaba, la carrera administrativa de los funcionarios y funcionarias se limitó a  “crear nuevos cargos ejecutivos con nombres fantasiosos: gerentes, gestores, asesores técnicos, directores de área, directores de gabinete, directores de comunicación…” Todos de libre designación y con sueldos muy, muy superiores al del funcionario/a de plantilla. También dice el escritor, que se aprovechó para que alcaldes y concejales tuvieran sueldos que no habían existido nunca. Recordemos que en la Diputación de Salamanca, hasta la entrada de Gabriel de la Mora como diputado de Ganemos, los diputados provinciales cobraban este dinero libre de impuestos.

La Administración que merecemos

Es imprescindible y prioritario hacer un catálogo de los puestos de trabajo en el Ayuntamiento. Hay que valorar cada uno de ellos para que en la Relación de Puestos de Trabajo se plasme su valor económico real.

Confío plenamente en la preparación de los funcionarios y funcionarias para elaborar esta tarea. Entiendo que la labor de un político/a es diseñar la Administración que quiere y dejar trabajar a los expertos/as para que materialice lo que pretende, de lo contrario cometeríamos el error de politizar nuestras Instituciones que deben ser objetivas. Quiero funcionarios/as profesionales, no dóciles y sumisos al poder político.

No quiero que ocupemos el Ayuntamiento y la Diputación, quiero gobernar en ellos para transformarlos. Estamos obligados a defender el valor de lo público, de los Servicios Públicos, es lo único que  garantiza la igualdad entre las personas, lo único que posibilita que tengamos las mismas posibilidades y que nazcas donde nazcas, puedas llegar a donde quieras.